sábado, 8 de noviembre de 2014


Dios Bendice Mi Profesión



Desde hace muchos años, siempre se ha dicho que la Enfermería es de las profesiones que cuenta con un mayor número de profesionales que acceden a estos estudios por vocación, porque sienten la necesidad de ayudar a los demás, sobre todo en los momentos más duros de la vida, en la enfermedad. Cuando era pequeña y por alguna razón, familiar casi siempre, visitaba un hospital, siempre veía monjas por los pasillos y pensaba que los enfermos estaban "en manos de Dios" por la formación religiosa que recibíamos en aquella época. Cuando por casualidad veía alguna enfermera siempre me llamaba la atención su uniforme y pensaba "cuando sea mayor seré enfermera porque me gusta el uniforme". Unos años más tarde quise ser azafata, supongo que por lo mismo; y también maestra, en la etapa en la cual se despierta la "maternidad". Después y pensando con más sentido común, me seguía gustando ser enfermera aunque ya no tanto por el uniforme, que además era bastante feo y supongo que incómodo, sino porque reconocía en mí una vocación por ayudar a los demás.A partir de entonces se convirtió para mí en una fijación, a pesar de que cuando lo comentaba siempre alguien decía: "con lo desagradable que es eso", "la sangre", etc. Sin embargo, a mí nunca me ha parecido desagradable, creo que es extraordinario y que no sabría hacer otra cosa poniendo todo mi corazón y empeño.